En India hay muchos monos se mezclan con la gente, así como en Guayaquil tenemos palomas por todos lados, acá a los monos te los encuentras en cualquier sitio.
Como los indios no molestan a los animales, estos crecen sin problemas (ni control) en las ciudades. No son animales domésticos ni nada parecido, viven de un modo totalmente salvaje.
Durante mis días en India me he encontrado con dos especies:
-Los Langures comunes miden alrededor de 75 cm y poseen una cola de algo más de un metro. Se caracteriza por ser de color gris o pardo en el que destacan la cara y las manos negras. Lo consideran un mono sagrado y por eso se le respeta y se le tolera en ciudades y templos; se los puede alimentar sin peligro.
-Los Langures comunes miden alrededor de 75 cm y poseen una cola de algo más de un metro. Se caracteriza por ser de color gris o pardo en el que destacan la cara y las manos negras. Lo consideran un mono sagrado y por eso se le respeta y se le tolera en ciudades y templos; se los puede alimentar sin peligro.
-El macaco Rhesus (Macaca mulatta) es también fácil de identificar por su color marrón y su cara rosa. Es agresivo y muy confianzudo, y coge comida o cualquier cosa que llame su atención con impunidad.
Ambas especies son desconfiados, divertidos, encantadores, expresivos, traviesos y a mí me recuerdan a Hanuman, el dios-mono de la religión hindú. Su madre mona Anajani, hijo de Shiva y Vayu, discípulo primero de Surya, el sol, y posteriormente del Señor Rama. Hanuman representa el devoto perfecto, que entrega todo al Señor: cuerpo, palabra y mente. Fuente de inspiración para todo iniciado, ejemplo de humildad y lealtad a su Maestro, el posee todas las cualidades del discípulo: lealtad, disciplina, servicio, amor.
Om Sri Hanumate Namah
Om Sri Hanumate Namah
Por las calles de Rishikesh justo ante de cruzar Lakshman Jhula, es posible encontrarte con un Hanuman de carne y hueso que te da sus bendiciones.
***En la foto: mi amiga Denisse con el personaje.
Los monos también me recuerdan a nuestra mente siempre activa, brincando de un lugar a otro, haciendo lo que le venga en gana y absolutamente impaciente. Pareciera saltar de un pensamiento a otro, tal y como un mono lo hace de una rama a otra para explorar lo que se encuentra en aquel espacio; pero sin siquiera observar realmente lo que se encontraba en el espacio que acaba de abandonar. Pareciera como si solo buscará estar brincando y brincando sin apreciar nada de lo que le sucede.
Siempre en mis clases de Yoga les digo a mis alumnos antes de empezar: vamos a calmar al mono. Para seguir nuestro dharma, para poder entrar en el Ser debemos calmar nuestra mente incesante.
En una sesión de meditación en el Ashram de Rishikesh con el Swami Ritavan (de la Tradición de los Himalayas) después de haber realizado la relajación de los 61 puntos. Una banda de Monos entraron a nuestra sala de meditación en la cual habíamos unas 50 personas meditando en un estado profundo. Pienso que fue una interesante prueba de los maestros para que observáramos nuestro verdadero estado meditativo, y que nos demos cuenta que debemos seguir: Practicando Practicando Practicando. Hubieron quienes saltaron del susto y pocos los que no interrumpieron su meditación y mantuvieron la ecuanimidad.
Es sencillo estar tranquilo cuando las cosas están bien o cuando estas en un entorno propicio, silencioso. Sin embargo la meditación te prepara para mantener ese estado en las situaciones más adversas o caóticas.
Finalmente los monos salieron por la ventana y nos dejaron terminar nuestra sesión en paz.
El tiempo para seguir tu dharma es AHORA, establece un compromiso con tu deber y no importa la dificultad no debes renunciar.
Ve hacia adentro y conéctate con el Ser.
Om namah Shivaya
Honro a mi ser interior
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